En cada zona Él decía “el tiempo se ha cumplido, el reino ha llegado, arrepiéntanse, crean y serán salvos”. Y su intención no era solo salvar a una nación, sino más allá de ello, aunque el pueblo que le recibió y vio, no lo entendieran.
Esta gran verdad, el kerigma; fue comprendido como la proclamación del Evangelio; la explicación de“quien era Jesús, qué vino a hacer y el testimonio de que no está muerto, sino que vive porque resucitó, y regresará otra vez”.